La subjetividad, ¿es un estorbo?
Parece que hoy en día no hay espacio ni tiempo para detenerse en charlatanerías. Se debe responder a los malestares de la ciudadanía de manera eficaz y veloz sin dejarnos dispersar por la palabra del otro que siempre nos lleva a un camino incierto. Es necesario recoger datos, fechas y sucesos para irlos situando en el cuadro clínico adecuado. Comparar, resaltar y aislar signos combinándolos en un cuadro clínico nos va a permitir objetivarlo para así nombrarlo y clasificarlo.
Desde esta lógica, los profesionales deben confrontar su saber acumulado como información a estos signos que recoge. El signo remite a algo conocido que se encuentra como saber archivado en la memoria del terapeuta. El saber queda entonces absorbido por el conocimiento objetivo.
