El fantasma en la psicosis
En caso de que pueda localizarse un fantasma en la psicosis, ¿cómo es? ¿cuál es su función? ¿cuál es su relación con el delirio? A partir de la enseñanza de Lacan y algunos textos de Miller se buscará responder a estas preguntas. Al interesarme en la pregunta sobre el fantasma en la psicosis y querer buscar una respuesta a ella, comencé a preguntar a diferentes analistas y me sorprendió la variedad en sus respuestas.
Algunas de ellas fueron: “en la psicosis no hay fantasma, hay formación delirante” ; también “en la psicosis sí hay fantasma pero opera mal”; otra “en la psicosis existe el ‘parafantasma’, una suplencia del fantasma”; o “en la psicosis no hay fantasma porque el objeto a no está extraído”. A partir de esto entendí la complejidad para definir el concepto de fantasma en la psicosis, y me desafié a encontrar más respuestas en torno a esto dando cuenta que el saber del psicoanálisis no es cerrado.

de Milagros Madero.
El fantasma
El fantasma es algo que en el análisis cuesta mucho localizar, requiere de tiempo y trabajo, pero juega un papel clave en la vida anímica. Siguiendo la enseñanza de Lacan entendemos al fantasma como aquella estructura que contiene elementos simbólicos e imaginarios, con una matriz narrativa mínima, que, a partir de una serie de elementos que para cada sujeto tiene cierta constancia, permite una gran cantidad de variaciones. Estas variaciones dependerán de los significantes y escenarios en que se presenten. El fantasma le sirve al sujeto para dar sentido a la mayor parte de las situaciones de su vida. El autor nos dice en el Seminario 10 que el fantasma es “un cuadro que viene a situarse en el marco de una ventana” (p.86), como un marco de la realidad, lo cual constituye una visión fantasmática, singular, del mundo.
Hablar de fantasma implica hablar de una relación particular del sujeto con un objeto. Uno de los elementos que Lacan aísla en la estructura del fantasma corresponde a variaciones sobre los objetos en torno a los cuales se articula el deseo. El objeto “a” es la escritura que da Lacan para simbolizar lo que, para cada sujeto, se puede situar como rasgos dotados de cierta constancia, y constituye un elemento fundamental en la regulación de la función del deseo. Debido a la no complementación de los sexos y a la inexistencia de la relación sexual, hay relación fantasmática con el objeto. Teniendo presente que el acceso no es al Otro como tal, ni específicamente al otro sexo sino al objeto recortado. Como no hay relación sexual, hay fantasma.
El síntoma y el fantasma
Para poder hablar del síntoma en la psicosis será preciso hacer una breve diferenciación entre el síntoma y el fantasma. Como se mencionó anteriormente se entiende al fantasma como una defensa frente a lo real, como una cortina ante lo imposible de representar. Ahora, cuando esto se quebranta es cuando el sujeto podría llegar a acudir a análisis. Hasta entonces su síntoma era soportable.
Del síntoma es algo de lo cual el sujeto neurótico se queja, habla mucho, es algo tiene que ver con el displacer. Mientras que del fantasma el sujeto neurótico no se queja, es mudo.
El sujeto psicótico, en cambio, no suele compartir su síntoma de igual manera precisamente porque este es vivido como intrusivo, es un real sin sentido pero que suele ser experimentado como una amenaza. Muchas veces su síntoma no es compartido y el sujeto psicótico a menudo es muy reticente en lo que se refiere a comunicarlo. La experiencia enigmática ligada a la irrupción de fenómenos elementales es algo que muchas veces es silenciado por el psicótico. Mientras que, en su intento por darle sentido mediante el delirio, puede intentar compartir este último como un modo de verificar su validez, aunque sea por el procedimiento de convencer a los demás. Quiere convencer a los demás porque en el fondo la dimensión enigmática del fenómeno elemental es lo más insoportable para él y permanece allí a pesar de todas las explicaciones que le quiera dar mediante el delirio.
Desde el psicoanálisis se considera que el fantasma no se interpreta, sólo se lo localiza. En cambio, en la clínica de la neurosis, el síntoma sí se interpreta y se analiza, logrando que éste pueda remitir. Pero el fantasma nunca remite ya que tiene que ver con una identificación, con el lugar que ha ocupado una persona para el Otro, y como se posiciona frente a éste. En contraste con la clínica de la neurosis, con sujetos psicóticos no se puede cuestionar su interpretación delirante. En la psicosis, el que interpreta es siempre el sujeto, no el analista. Lo único que uno puede hacer desde el lugar del analista es acompañarlo, tomar el rol de “secretario advertido del alienado”. Todos los sujetos hacen suplencias, es decir, todos tienen apaños. Todos inventan en relación a lo real para poder soportarlo. La variación de esta suplencia, de este síntoma, dependerá del tipo de estructura de que se trate. En el caso de la psicosis una de las formas de suplencia es el delirio.
El psicótico frente a la significación fálica faltante produce en el mejor de los casos un “símil” de Nombre-del-Padre, a partir de la metáfora delirante. Para restituir la significación ausente el psicótico trabaja sobre la realidad externa, reinventa palabras, reordena significantes a partir de unos pocos que tienen para aquel una función de ancla. El delirio para el psicótico, como advirtió Freud, tiene la función de ordenar el mundo, produce una nueva interpretación de la realidad.
El fantasma y el delirio
Si decimos que el fantasma tiene que ver con el relato que el sujeto se hace para responder a la pregunta por el deseo del Otro, se entiende que algunos elementos provenientes del Otro le sirven al sujeto para construir su fantasma. ¿Pero que sucede con el Otro en la psicosis? El lugar del Otro en la psicosis está alterado. Miller (2006) nos dice que “cuando se trata de la psicosis, la presencia del Otro en la significación o en el síntoma no es ignorada, es conocida” (p.35). Para el psicótico no hay Otro en tanto cadena inconsciente articulada reprimida, éste se transforma en otro elemento de su delirio.
Como en la psicosis la metáfora paterna fracasa, el sujeto psicótico no accede a la identificación fálica. Pero accede a otro tipo de identificación. Una identificación necesaria para poder soportar que el Otro se le presenta sin falta.
Siguiendo el Seminario 6 Lacan entiende el fantasma en función a la relación del sujeto con el otro especular. Apunta a identificar al sujeto con el otro. El fantasma tiene que ver con la manera en que cada uno se inventa un Otro que goza identificándose de alguna manera a ser el objeto del cual ese Otro goza, y a partir de esto obtener una manera de gozar propia. Lacan refiere: “es al otro al que tratamos de identificar (…) ese otro, ese objeto prevalente en el erotismo humano, es la imagen del cuerpo propio en sentido amplio, que la daremos. Esta allí, en ese fantasma humano que es el fantasma de él, y que no es mas que una sombra. Es allí que el sujeto mantiene su existencia, mantiene el velo que hace que pueda continuar siendo un sujeto que habla”.
Entonces, ¿qué relación hay entre el fantasma y el delirio? Miller (2006) explica que en la psicosis se observa “una inflación progresiva de la significación, la invasión del fantasma sobre la significación completa: el fantasma invadiendo todo el campo de la significación para el sujeto, convirtiendo toda la vida del sujeto en una significación única. Así, aparece una perspectiva de realización del fantasma, éste deviene real (…)” (p.34). En efecto, el fantasma ya no opera como velo frente a lo real, sino que está desregulado, sin marco. Al no estar acotado el fantasma se convierte en delirio. La estructura imaginaria no tiene marco y por esto el sujeto se confunde, se cree de verdad su fantasma.
Miller (2006) da cuenta del fantasma en la psicosis a partir del caso Schreber. Explica que hay un primer momento donde se observa el fantasma en el presidente, al comienzo de su psicosis, que toma lugar cuando piensa: “lo hermosísimo que es sin duda ser una mujer sometida al acoplamiento”. Luego, con el desarrollo de su enfermedad, el fantasma cambia y allí es cuando llega a convertir toda su vida en una única significación: “ser la mujer de Dios”. Aquí es donde se podría decir que hay una realización del fantasma y en su delirio Schreber comienza a creer que su cuerpo puede sufrir una transformación real en mujer. En este caso, la metáfora delirante viene a cumplir la función de defensa frente a la pulsión homosexual amenazante. Así como también le da el carácter de identificación frente a la falta de a metáfora paterna.
En conclusión se puede decir que hay fantasma en la psicosis. Es un fantasma particular, distinto al de la neurosis. Mientras que el neurótico se defiende del enigma del deseo del Otro construyendo su fantasma, el sujeto psicótico a falta de la regulación fálica, se enfrenta al goce del Otro y se defiende mediante la construcción de la metáfora delirante. El delirio viene a cumplir la función de suplencia. Como Lacan lo aclara en el Seminario 3: “En la psicosis, en cambio, es verdaderamente la realidad misma la que está primero provista de un agujero, que luego el mundo fantasmático vendrá a colmar” (p.71). ¿Quizás, entonces, de lo que no se puede hablar con propiedad en la psicosis es de fantasma fundamental?
Bibliografía
Bassols, M. (2017). Fantasma y real en la clínica lacaniana. Disponible en: http://www.jornadaseol.com/026/index.php?file=lecturas/textos-de-orientacion/fantasma-y-real-en-la-clinica-lacaniana.html
Miller, J.-A. (2006). Introducción a la clínica lacaniana. Las dos dimensiones del a clínica: síntoma y fantasma, pág.31. Disponible en: https://drive.google.com/file/d/14JxshmwbqPZu0l3eU6oUO-I02GYkYbIs/view?fbclid=IwAR0wLmrbU2jlpip41IvWpQ6S3f9Zlcf-lhDPgh0CI_wNsqWCVNi21Lrjgs4
Lacan, J. (1955-1956). El Seminario 3 Las Psicosis, pág. 71. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1962-1963). El Seminario 10 La Angustia, pág. 85. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1958-1959). El Seminario 6 El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós.
Textos de orientación de las XXVI jornadas nacionales de la EOL en el 2017. Fantasmas, ficciones, mutaciones. Disponible en: http://www.jornadaseol.com/026/index.php?file=lecturas/textos-de-orientacion.html
Florencia
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Excelente artículo!
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Agostina
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Me encanto este articulo
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