Psicoanálisis y capitalismo
Este texto fue producido en el marco del máster “Actuación clínica en psicoanálisis y psicopatología”, para el curso Red pública de salud mental, donde nos acercamos al trabajo desde el psicoanálisis en atención clínica dentro de una institución. No solo fueron planteadas las cuestiones clínicas sino la complejidad que supone un entendimiento del ser humano desde el inconsciente y el malentendido versus el deseo del discurso de la ciencia de convertir al ser humano en una cifra. Lo que me llevó a pensar acerca del lugar del psicoanálisis como práctica clínica dentro del sistema hegemónico actual.

Se nos ha planteado a lo largo del máster la dificultad y contradicción inherente del trabajo en instituciones. Desde el hecho de que la institución tiene una comprensión y concepción del sujeto muy distinta al que el psicoanálisis plantea. En la actualidad se busca estandarizar y cifrar a los sujetos, mientras el psicoanálisis va a buscar lo particular de cada subjetividad. Si el psicoanálisis plantea el inconsciente en su sentido amplio, el psicoanálisis lacaniano a través del significante y el fantasma van a hacer imposible la concepción de un inconsciente colectivo desde donde se pueda ensayar alguna unificación de los significantes para los sujetos. Sin embargo, como señala Soler [1] sí existe una incidencia del discurso colectivo sobre cada sujeto.
A pesar de todo esto, es posible trabajar desde el psicoanálisis en instituciones, tanto públicas como privadas. No es el mismo trabajo del consultorio, pero como señala Esque [2] mientras se permita la instalación de la transferencia, como la puesta en acto de la realidad del inconsciente, el psicoanálisis tiene un lugar dentro de la institución.
Ahora, las instituciones de alguna forma representan al sistema hegemónico, que es el marco donde vivimos todos. Entonces me permito preguntarme algo que me viene interrogando hace algún tiempo: cuál es el lugar que tiene el psicoanálisis dentro del sistema dominante actual. ¿Cómo conviven? ¿Qué relación tienen? ¿Se contradicen? ¿Son aliados? Naturalmente no voy a poder responder todas estas preguntas, pero sí quiero hacer un desarrollo acerca de la relación entre el psicoanálisis y el capitalismo, sobre lo cual he revisado algunos textos. Mi hipotesis inicial es que, si bien el capitalismo como sistema económico permite un momento histórico donde alguien como Freud se pregunta por aquello que no es tan evidente en el malestar psíquico, aquello que se esconde, permitiendo posteriormente el planteamiento del inconsciente; también es el capitalismo, parcialmente causante de los malestares psíquicos actuales. Sin embargo, creo que el psicoanálisis, al invitar a pensar desde la subjetividad y lo singular, es en si mismo subversivo.
Voy a comenzar con Freud [3] en su texto “El malestar en la cultura”, donde plantea algunas características del ser humano en la que creo que se ampara el mantenimiento de un sistema económico tan lacerante como el actual.
“El hombre no es una criatura tierna y necesitada de amor, que sólo osaría defenderse si se la atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones instintivas también debe incluirse una buena porción de agresividad. Por consiguiente, el prójimo no le representa únicamente un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo, sin retribuirla, para aprovecharlo sexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, martirizarlo y matarlo. Homo homini lupus: ¿quién se atrevería a refutar este refrán, después de todas las experiencias de la vida y de la historia?”.
Por su parte, en la conferencia de Milán de 1972, Lacan [4] inventa el discurso capitalista. Este discurso tiene una característica especial y es que no crea lazo social, es un dispositivo de incitación al goce por la vía del consumo y no conoce límites. Lacan también dice en esa conferencia que el capitalismo va a reventar. Años después, señala Carreti [5] que el neoliberalismo, como versión devastadora del capitalismo fordista, es la principal causa de malestar en la cultura dado que ha conseguido convertir todo en mercancía.
Se puede observar desde distintas aristas y expresado desde múltiples fenómenos, un proceso irrefrenable del discurso del usar y tirar, una ley que se aplica a personas y cosas; el sujeto se vuelve objeto [6]. En adelante me referiré al liberalismo para referirme al sistema económico actual y su relación con el psicoanálisis.
Nieves Soria [7] plantea que el liberalismo abre una nueva lógica con dos caras, la libertad de derecho y la libertad de mercado; y se pregunta: “¿Qué tiene el psicoanálisis para decir de este viraje, además de celebrar los cruciales avances del derecho de las minorías y las mujeres?, ¿cuáles son las consecuencias de este discurso en la subjetividad, cuales sus síntomas?”. La autora señala que una de las consecuencias de la perdida de la función de fijación y orientación que el discurso del amo ofrecía previamente, es la aparición de síntomas como la errancia y la deslocalización, manifestados como angustia permanente. Aquí tenemos los ataques de pánico, la inscripción a tribus urbanas, un sujeto desorientado con identificaciones que no logran tener un anclaje real. También esta su contraparte, donde el sujeto se aferra a cuestiones rígidas, explicando el auge del fanatismo, el racismo y la intolerancia en la esfera política contemporánea.
No se trata únicamente de un problema económico, también se ha hecho evidente, desde una lectura psicoanalítica que el discurso neoliberal produce una mutación de la cultura y de la subjetividad. Quedamos todos tocados por la competitividad, el individualismo y la creencia en que todo goce es posible. Se trata de un sistema despiadado, que no deja de coincidir con aspectos de la subjetividad humana que Freud describe como pulsión de muerte: afán de dominio y goce ilimitado en su texto de 1930. (Caretti, 2019).
Volviendo a la lógica institucional donde el psicoanálisis coexiste con el discurso del amo, la lógica del calcular y poner cifras al sujeto es lo que impera en nuestros días. Cifras que están hechas para que el síntoma no hable (Esqué, 2007). Así, cifrar el malestar de los sujetos es una forma de hacerlo entrar al sistema. Es algo que puede dar calma al tener algo inmedible medido y también puesto al servicio de que las cosas continúen tal y cómo. Si todo está cifrado y las causas pierden relevancia… todo puede continuar. Si se sugiere que lo que enferma a la gente es el sistema mismo, las cosas se complicarían… ¿las cosas se complican? Creo que no. Los cuestionamientos al sistema económico y su relación con múltiples malestares o el cambio climático incluso, están planteados. Solo que el capitalismo es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir la pandemia del Covid 19 [7], sin un cuestionamiento masivo o relevante.
El capitalismo y posteriormente el liberalismo no dejan de ser creaciones humanas y no dejan de verse enquistadas en el poder gracias y a pesar de seres humanos también. Además, a diferencia del discurso capitalista, el analista pone al sujeto a hablar sobre su falta, la que es singular de cada uno y a decir su síntoma. “La experiencia analítica se tratará de realizar la experiencia de la castración, liberadora del narcisismo y sus espejos” [8]. Existiría algún tipo de oposición entonces, desde el psicoanálisis a la lógica del discurso capitalista.
Me quedo con el final del articulo de Dessal (2012) donde cita a Max Weber: ” La historia muestra que para conseguir lo posible hay que perseguir lo imposible una y otra vez”, lo que le resuena a una frase de Lacan sobre la causa analítica: asumir que está perdida, es tal vez la única posibilidad que tenemos de ganarla.
Bibliografía
[1] Soler, C. (2004). El anticapitalismo del acto analítico. En: ¿Qué se espera del psicoanálisis y del psicoanalista? Conferencias y seminarios en Argentina. Pp 205-221. https://www.bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFP/adultos/lombardi/soler%20-%20el%20anticapitalismo%20del%20acto%20analitico.pdf
[2] Esque, X. (2007). Una política del síntoma. Resumen de la conferencia de clausura de las XI jornadas castellano- leonesas de psicoanálisis Respuestas del psicoanálisis al malestar contemporáneo. https://elp.org.es/una_politica_del_sintoma_por_xavier_esqu/
[3] Freud, S. (1968). El malestar en la cultura, V. Obras completas, vol. III, Biblioteca Nueva, Madrid 1968, p. 35.
[4] Lacan, J. (1972). Traduccion de la conferencia de Lacan en Milan. https://www.elsigma.com/historia-viva/traduccion-de-la-conferencia-de-lacan-en-milan-del-12-de-mayo-de-1972/9506
[5] Caretti, J. (2019). ¿Por qué el discurso capitalista concierne al psicoanálisis? El Diario. https://www.eldiario.es/contrapoder/discurso-capitalista-concierne-psicoanalisis_132_1493389.html
[6] Dessal, G. (2012). Los expulsados del capitalismo salvaje. Virtualia, Nov(25). http://www.revistavirtualia.com/articulos/269/malestar-en-la-civilizacion/los-expulsados-del-capitalismo-salvaje
[7] Abinzano, R.V., Hayden, J. E., y Morana, J. M. (2021). La sublevación del síntoma. Desde el jardín de Freud, 21: 245-255. DOI: 10.15446/dj
[8] Soria, N. (2019). Síntomas del discurso capitalista. iXI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XXVI Jornadas de Investigación. XV Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. I Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional. I Encuentro de Musicoterapia. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. https://www.aacademica.org/000-111/517.pdf
Juan Luis
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He disfrutado mucho leyendo este texto, muchas gracias por reflejar el mundo actual bajo estas formas. Hay mucho por hacer. Un saludo
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