La fibromialgia como síntoma histérico
En el presente artículo hablaré de la fibromialgia, cómo se ve en la comunidad médica y la manera en la que se diagnostica, tocaré brevemente la histeria y el modo en que se ha modificado según las épocas y finalmente, por qué podría o no ser la fibromialgia en realidad un síntoma histérico.

Fibromialgia
La fibromialgia está considerada por la comunidad médica como un síndrome, los síntomas que presentan quienes la padecen son: dolor muscular crónico generalizado (el más notorio), hiperalgesia, fatiga/cansancio extremo sin razón aparente, alteraciones del sueño (Moreno y Montaño, 2000), dolores de cabeza, en ocasiones problemas gastrointestinales, adormecimiento u hormigueo de extremidades y alteraciones cognitivas como deterioro de la memoria y dificultad para poner atención. Su etiología es totalmente desconocida, no hay una causa fisiológica (ni cura) para estos síntomas y se diagnostica con base en lo que el paciente dice padecer.
Histeria
La histeria, si bien no con ese nombre, ha existido desde las primeras civilizaciones conocidas y probablemente lo seguirá haciendo por muchas más. Hay papiros egipcios sobre medicina que hablan de cuadros clínicos cuyos pacientes tienen problemas de visión, dolores musculares y cansancio que les hace permanecer en cama por días sin razón aparente, aunque existía la teoría de que su explicación médica fuera un movimiento del útero o matriz; los griegos también encontraban casos similares pero ellos lo achacaron a una resequedad de la matriz debido a la falta de relaciones sexuales (la palabra histeria proviene del termino griego para denominar al útero).(Marchant, 2000)
Si bien la histeria ha estado siempre presente como una somatización de cuestiones no biológicas, ha ido cambiando de síntomas a lo largo del tiempo, siempre retando al discurso del amo, al respecto me permitiré traducir y adjuntar un pequeño fragmento del libro From Paralysis to Fatigue: A History of Psychosomatic Illness in the Modern Era de Edward Shorter donde se Ilustra perfectamente lo que he querido expresar al respecto de la histeria y sus cambios, así como la relación de ello con la posible evolución de la FM como histeria:
“…Los cambios en la sintomatología aparecieron en las vidas de múltiples individuos a lo largo de la sociedad occidental. Sería estirar los limites del poder del paradigma médico creer que transformaciones de esa magnitud son causadas por ideas médicas solamente. Dado que la parálisis histérica afectó sobre todo a mujeres jóvenes, los cambios culturales y sociales en cuanto a las vidas de las mujeres en general también jugaron un papel. Si la cultura del siglo diecinueve estableció lo que significaba ser la “mujer ideal”, probablemente dictó a su vez los síntomas de rebeldía a este ideal. Aquí la cultura entra en la vida de las pacientes. El modelo en el que los síntomas son forjados es lo que la cultura establece como síntomas “legítimos” e “ilegítimos”. El doctor es solo un agente más de la cultura…”
Encuentro sumamente adecuado este texto porque habla de la evolución de los síntomas histéricos en relación a la sociedad y sus exigencias, así como los síntomas legítimos e ilegítimos (que hará que el cuerpo imite de la mejor manera posible manifestaciones de enfermedades biológicas para engañar así a los médicos) y aunque en pocas palabras, la posición del medico en toda esta situación.
En la actualidad el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de psiquiatría ya no maneja la histeria (como lo hizo hasta el DSM lll), aunque claramente lo que se llamó histeria no ha desaparecido, podemos aún encontrar en el DSM trastornos disociativos, trastorno de conversión y el trastorno histriónico de la personalidad, según Marchant (2000) la unidad de estos trastornos sigue siendo la histeria.
Histeria y fibromialgia
Podemos entonces decir que, como siempre lo ha hecho, la histeria ha evolucionado de una manera en la que pueda rebelarse al discurso de la época, en este caso la exigencia de ser efectivo, de estar todo el tiempo produciendo es contrarrestada con la fatiga y el dolor crónico que le impide muchas veces cumplir con las exigencias del día a día a las personas que la padecen, es también mas común (aunque no exclusiva) de las mujeres y mujeres- jóvenes. Tiene sentido entonces que la comunidad medica, así como la sociedad, incómodas y confundidas por cuestiones como la histeria (y las cuestiones mentales o sin soluciones simples) hayan querido transformar u ocultar el síntoma histérico tras una enfermedad explicable (aunque no realmente) y “sencilla” puesto que se puede clasificar y diagnosticar, así como en teoría tratar con medicamentos y que deja libre de cualquier responsabilidad sobre el padecimiento al sujeto.
Claro está, que tanto en el caso de la FM y de la histeria como en cualquier tipo de enfermedades psicosomáticas, la persona que la padece no es consciente de que sus síntomas en realidad ocultan algo que atañe a su mente y no a una cuestión orgánica. No es que la enferma finja tener dolor y hormigueo en sus extremidades, ella genuinamente siente todo lo que una persona con fibromialgia pueda sentir, y no debe ser juzgada como alguien que se ha inventado una enfermedad, o que está todo en su cabeza.
Conclusión
Tanto en el contexto médico como en la sociedad en general, está mal visto “fingir” enfermedades para obtener cualquier tipo de beneficio. Pero a su vez, la somatización es muy común, y también, en algunos casos los sujetos tienen la necesidad de justificar sus trastornos mentales o las dificultades vividas mediante una enfermedad que ellos sientan como real, por lo que el cuerpo algunas veces replicará síntomas de enfermedades biológicas. Al respecto hay que mencionar que existe en la medicina la diferenciación de cuadros orgánicos y funcionales (aquí entraría lo discutido en el presente artículo) y con esto se han establecido los síntomas “legítimos” e “ilegítimos”, de los que se ha hablado anteriormente.
Entonces, encuentro lógica la denominación médica/social de la fibromialgia como una enfermedad común ampliamente (aunque no del todo) aceptada y normalizada, pero sin cura ni etiología conocidas, lo que es un fuerte indicador de que tal vez se trate de una histeria y no de una enfermedad biológica desconocida o nueva.
Si se entiende a la histeria, su finalidad, su constante evolución, su funcionamiento y sus razones, es innegable la similitud con la fibromialgia y se comprende fácilmente la imposibilidad que ésta tiene para encontrar su lugar como enfermedad biológica (un diagnostico certero, etiología, un tratamiento farmacológico eficiente).
Bibliografía
- Appiani, F. J. (2019). Mimetismo clínico: La trampa de la fibromialgia. Revista Argentina de Medicina,7(4), 228–232.
- Marchant, M., (2000). Apuntes sobre la histeria. Revista de Psicología, 9(1).
- Moreno, I., & Montaño, A. (2000). Fibromialgia. Revista Española de Reumatología, 27(10), 436–441.
- Ripoll, V. (2018). Fibromialgia e Histeria, un camino de incertidumbre (Tesis). Universidad de la República de Uruguay.
- Shorter, E. (2008). From Paralysis to Fatigue: A History of Psychosomatic Illness in the Modern Era (Reprint ed.). Free Press.