La cuestión humana. La palabra y la voz en la crisis subjetiva
¿Puede una crisis subjetiva despojar a un sujeto de su lazo más mortífero con el capitalismo?
El filme francés La cuestión humana (Nicolas Klotz, 2007) narra la historia de Simon Kessler, psicólogo del departamento de recursos humanos de una multinacional petroquímica. Con su voz en off, Simon se presenta hablándonos en pasado de su labor para la multinacional. Nos dice haber sido capaz de hacer estallar de ira o de tristeza a los asistentes de sus seminarios para fomentar la motivación laboral. También el haber diseñado un plan de reestructuración para reducir el número de trabajadores de 2500 a 1200 sirviéndose de categorías como “alcoholismo” o “absentismo” para justificar su despido.
Uno de los directivos de la empresa encargará a Simon que investigue al director general, Karl Jüst, cuya conducta empieza a inquietarle. Entre líneas, el encargo supone que Simon elabore un informe que invalide al director general argumentando que sufre los primeros síntomas de una demencia senil. Un hecho que el directivo no menciona y que luego sabremos es que Jüst acaba de perder un hijo.