La crisis del género
El término “crisis” no pertenece a la jerga psicoanalítica, aunque no por ello, pierda seriedad o nos cause indiferencia tratarlo en sus múltiples expresiones.
Para darle un marco, podemos considerar, apropiándonos de él, que desde el psicoanálisis hablamos de crisis cuando lo que está en juego es un desorden de lo real y donde aparece un “sin ley”, como efecto.
Es decir, cuando los parámetros simbólicos conocidos que permitían situarnos y nos alumbraban como un faro, (dando toques de luz y de sombra) se han perdido o aún más, su luz es tan tenue que ya no nos sirve, aunque sea por sus contrarios, para orientarnos.
Situarnos desde la nostalgia -“las cosas ya no son lo que eran o todo tiempo pasado fue mejor”- no nos sirve de orientación. Es tiempo, siempre de volver a ver, incluyendo los momentos de comprender y de concluir que nos indicó Lacan, en la recámara.
Hablamos entonces, no sólo de una crisis en la realidad, en la realidad y presentación del género, sino de una crisis de lo simbólico que otorga un marco.