Bosquejar los cimientos: el documental ‘El asesino de Pedralbes’ y los fundamentos de la práctica clínica
Para quienes apenas nos hemos iniciado en el estudio del psicoanálisis, y todavía estamos en esa fase en que es mejor dejarse bañar por palabras y conceptos que no alcanzamos a entender, pero nos suscitan el deseo e interés suficiente para seguir investigando, algunas manifestaciones artísticas pueden servirnos de ayuda. Entendemos por arte lo que Lacan nombró como modo de organización en torno a un vacío (1), y otorgamos al cine e incluso al género documental, tal categoría.
Sabemos que el psicoanálisis sólo se aplica como tratamiento a un sujeto que habla y oye. No se trata pues de aplicar el psicoanálisis a ninguna obra de arte, ni tampoco al artista. A la inversa, puede aplicarse el arte al psicoanálisis: el artista precede al psicólogo, su arte permite hacer avanzar la teoría psicoanalítica (2). El psicoanálisis no es una pedagogía, ni algo que se enseñe o aprenda de forma estructurada, sino una experiencia que pasa por el cuerpo, algo que, algunas obras cinematográficas también son capaces de producir.
En este sentido, el documental de Gonzalo Herralde “El asesino de Pedralbes” (1978) no deja indiferente…