Al filo del saber
“(…) Y oyeron la voz de Jehová que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?, y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé que no comieses?” [1]
Una de las teorías conocidas sobre el origen del hombre en la
tierra, es explicada por la teología, que atribuye la creación del hombre a
Dios, hechos que son relatados en la Biblia. Llama la atención esta parte del
génesis por la forma en que el saber queda expuesto de manera atrayente en boca
de la serpiente, quién por medio de sus palabras convincentes, le ofrece a la
mujer algo que puede darles poder. Esta seducción por el saber en la mujer, la
lleva a compartir con su marido tan excitante invitación. Ambos caen en la tentación,
quedando de cara a la vergüenza, que por supuesto viene con el anhelado saber.