Articulaciones del cuerpo
“El hablante hunde el recuerdo de su ánimo en las palabras buscando formas por las que abrirse al oyente. Habla para dejarse convertir.”
(Metafísica de la juventud, Benjamin W. 1913-14 )
Este breve ensayo pretende situarnos en un lugar preciso: el cuerpo. Pero es solo una pretensión, una tensión previa antes del malentendido. Se pretende rescatar algunos de los puntos tocados en la primera serie de asignaturas del máster en relación a cuestiones propias y sus respectivas referencias. Cuerpo presente ¿pero de qué manera?
Hans Bellmer, Donna dalle braccia articolate (1965).
No solo el máster sino mi propio psicoanálisis, los sostengo de forma virtual desde hace unos meses. Mi interés es sobre lo que pasa con el cuerpo, en la experiencia analítica, pero también en esa modalidad propia de una sesión analítica que, me pregunto, ¿podría llamarse conversación? ¿Qué es una conversación? Conversar viene del latín conversāre. En su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, Joan Corominas destaca que “[…]conversación, conversante, conversar, conversión, converso, convertible, convertir y verter” derivan de la palabra “CONVERGIR ‘dirigirse dos o más líneas a unirse en un punto’, h. 1840. Tom. del lat. convergere íd., deriv. de vergere ‘inclinarse’, ‘dirigirse’.” Con, según el mismo diccionario, es un prefijo latino que “[…]expresa la relación por la cual dos o más personas, dos o más cosas, están juntas, relación muy sencilla en sí, pero que se hace muy compleja a causa de las ideas accesorias que en muchos casos se le agregan. […]Con expresa compañía, reunión, cooperación, agregación, ensambladura y es el prefijo colectivo, amplificativo o intensivo por excelencia[…]”. ¿Con quién converso?: “Verso del versus, […]Dícese que versus viene de vertere, versa oratio, porque en poesía se invierte muchas veces el orden de las palabras, inversión que no se consiente en la prosa; porque terminado un verso hay que volver (vertere) al principio del otro. […]Verso pertenece a una numerosa familia etimológica cuya raíz es ver, ves, vers, versus, versúm, que significa hacia[…]” (Corominas J. 1967). La conversación, desde su etimología, denota un “dos o más” que se dirigen hacia…, se acompañan hacia… Se trata de una reunión que expresa una relación muy sencilla en sí, pero que se hace muy compleja…
¿Es el encuentro entre analista y analizante una conversación? Surgen más preguntas en la medida en que voy asociando conceptos. ¿Puede una conversación ser analítica o bien, puede concebirse la experiencia analítica como una conversación? Se trata de cuerpos y palabras. ¿Cuerpos con palabras o palabras con cuerpos? Podríamos decir palabras incorporadas con cuerpos dichos. Cuando alguien habla, además de lo que dice, hay un cuerpo presente,
“[…]el oyente no comprende palabras sino el silencio que hay en el presente, pues a pesar de su huída espiritual y la vaciedad de sus palabras, el hablante es un ser presente, su rostro está al descubierto y el movimiento de sus labios resulta perfectamente visible para el oyente. Éste tiene a su disposición la verdad de la conversación: recibe las palabras y contempla al hablante al mismo tiempo.” (Benjamin W. 1904)
En la conversación, como indica Walter Benjamin, quien habla “reniega del lenguaje”. Se trata de un cuerpo que, precisamente, toma cuerpo en aquello que dice, se nombra; se da sentido, se da forma a través de sus frases y sus palabras inacabadas por las que, inevitablemente, algo se escapa.
En la conversación se percibe la “vaciedad de las palabras” porque hay un cuerpo.
Se trata de un cuerpo que no termina de decirse, más bien se pierde entre lo que dice. Si el oyente que recibe las palabras y contempla al hablante al mismo tiempo tiene a su disposición la verdad de la conversación –siguiendo el sentido etimológico de la palabra– es que percibe, no solo que se trata de dos seres en cuanto al oyente y al hablante, sino que también hay, en el ser hablante mismo, palabras y cuerpos, dos o más cosas.
Un cuerpo habla ante otro; comprobamos que no es lo mismo hablar con una persona que con otra como no es lo mismo escuchar que hablar, aunque se trate de una relación “[…]muy sencilla en sí, pero que se hace muy compleja a causa de las ideas accesorias[…]” (Corominas J. 1967). Me interesa la relación del psicoanálisis con el lenguaje que se trata de la relación entre palabras y cuerpos. Trataremos de bordear ese cuerpo, de la palabra, cuerpo que habla, con la palabra.
Mi cuerpo y yo, como titula Graciela Brodsky uno de sus textos, enfatiza en que no se trata de “yo, mi cuerpo” sino que hay, como en una conversación, y aún en un conversador, “dos o más”: mi cuerpo y yo, propio y ajeno, mi cuerpo y otro, otro y yo.
“La experiencia analítica pone de manifiesto que mi cuerpo y yo generalmente no nosentendemos, que mi cuerpo anda solo, a mi pesar, que me traiciona cuando más lo necesito. Ni me reconozco en su imagen, ni me representa bien ante el Otro, ni tenemos la menor idea de lo que contiene, salvo cuando enfermamos, o cuando nos pasan por el escáner. Y convendrán conmigo en que es muy difícil decir este soy yo cuando nos muestran una radiografía. Sin duda, el cuerpo de la medicina no es el cuerpo del psicoanálisis.” (Brodsky G. 2015).
La primera conversación que se perfila es la del sujeto con su propio cuerpo, parece tratarse de una conversación particular entre un mundo exterior y un mundo interior, de cuerpos y de palabras. Un cuerpo que no se reconoce en lo que dice y, a veces, tampoco en la imagen que le devuelve el espejo. Se trata de un cuerpo que se desdobla por medio de palabras e imágenes. En la experiencia cotidiana de verse en un espejo aparece “[…]de este lado del espejo, el cuerpo desarticulado; del otro lado, en el espejo, una imagen plana, sin cuerpo, a la que me identifico: soy yo.” (Brodsky G. 2015) A través de la mirada, converso con mi cuerpo, formo, con la ayuda de un espejo, una imagen que está irremediablemente fuera de mi cuerpo, de la que puedo decir esa soy yo como si fuera otra. ¿Acaso, en la conversación, quien escucha funciona como un espejo? ¿Qué hay del otro lado del espejo? Lo que hay es un “cuerpo desarticulado” (Brodsky G. 2015). El cuerpo que conversa parece articularse con palabras. ¿Qué son las palabras, por su parte, si no cuerpos desarticulados? Un cuerpo habla del cuerpo:
“Al consultorio se trae el cuerpo y se habla del cuerpo, del cuerpo propio y del cuerpo del Otro, con el que normalmente no se sabe qué hacer. El cuerpo, lejos de ser una variable interviniente que hay que neutralizar para dar lugar a la palabra, parece ser en realidad el referente de los dichos del analizante. En el análisis, se habla del cuerpo. Tal vez se pueda decir de otro modo: en el psicoanálisis habla el cuerpo”. (Brodsky G. 2015)
Parece que no tenemos más que palabras para aproximarnos a un cuerpo en análisis. La importancia dada a la palabra en psicoanálisis, no es un intento de borrar al cuerpo para que se escuchen “mejor” las palabras. Se reconoce, más bien, que es un cuerpo el que habla; no el cuerpo biológico, sino el cuerpo hablante. Merodeo alrededor de una experiencia, la de los cuerpos hablantes. En su última enseñanza, Lacan nombra al parlètre, traducido como “cuerpo que habla”, “ser hablante”, “hablanteser”. Tenemos, entonces, cuerpos que hablan, sin embargo no somos esos cuerpos con los que “normalmente no sabemos qué hacer” (Brodsky G. 2015). ¿Hablar con quién? ¿Hablar con el cuerpo?
“¿De qué se trata?” querría decir el estudiante, si no temiera ser improcedente. “¿Qué puede pasar de efectivo entre dos sujetos entre los cuales uno habla y el otro escucha? ¿Cómo una acción tan inasible en lo que se ve y en lo que se toca, puede atrapar las profundidades que supone?” (Lacan J. 1953).
La conversación se proyecta hacia el silencio y quien guarda silencio es el oyente. Una conversación está hecha de cuerpos y palabras. ¿Para qué se habla? Se “habla para dejarse convertir”, dice Walter Benjamin en La metafísica de la Juventud. En la conversación que plantea Walter Benjamin en su Metafísica se trata de cuerpos en la medida en que están presentes aunque intenten huir por medio de palabras. En la sesión analítica también se trata de cuerpos y palabras. “La cura” por medio de la palabra fue una aspiración de Freud, sin embargo, en la sesión analítica contemporánea sigue tratándose de palabras en tanto cuerpos que toman la palabra, palabras que toman cuerpos. Por su parte, en Informe de Roma, Lacan afirma que el “[…]psicoanálisis personal no le vuelve más fácil que a cualquier otro hacer la metafísica de su propia acción, ni menos escabroso no hacerla (lo que quiere decir bien entendido, hacerla sin saberlo)[…]” (Lacan J. 1953). No se trata entonces, en el análisis, solamente de hablar sino de “hacer la metafísica de la propia acción” que, para Benjamin, se juega entre la conversación, el diario y el baile, los tres subtítulos de su Metafísica…
“La primera operación de Lacan que concierne al cuerpo es la separación entre cuerpo y organismo.” (Tarrab M. 2004), menciona Mauricio Tarrab en sus Notas sobre el cuerpo: el cuerpo hablante no es “vida biológica”, es un cuerpo de lenguaje, es “la vida de un sujeto”. ¿Sujeto de qué? Sujeto del lenguaje, cuerpo sujetado, o no, por el lenguaje. Se trata de un cuerpo que intenta establecer, como dice Lacan en el Estadio del espejo, “[…]una relación del organismo con su realidad; o, como se ha dicho, del Innenwelt con el Umwelt.” (Lacan J. (1949). Se trata de un acontecimiento, de un cuerpo que se separa y, al mismo tiempo, entra en una relación íntima con el mundo. Podemos concluir diciendo que la conversación no termina, el cuerpo que habla no ha terminado de hacerse.
Bibliografía.
Benjamin W. (1913-14) Metafísica de la juventud. Ediciones Altaya. 1994. págs. 99-106. Barcelona.
Brodsky G. (2015) Mi cuerpo y yo. Conferencia pública pronunciada en la Universidad del Claustro de Sor Juana, México,D.F. (https://radiolacan.com/es/podcast/conferencia-publica-de-graciela-brodsky-en-mexico-mi-cuerpo-y-yo/8)
Corominas J. (1967) Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Segunda edición. Editorial Gredos S.A. Madrid.
Lacan J. (1949) El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos presenta en la experiencia psicoanalítica. Comunicación presentada ante el XVI Congreso Internacional de Psicoanálisis, en Zurich. Escritos 1, Primera edición, segunda reimpresión. págs. 68-85. 2005. Editorial Siglo XXI Editores Argentina.
Lacan J. (1953) Discurso de Roma (pronunciado el 26 de septiembre de 1953, para introducir el informe “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”. Traducción: Paola Gutkowski y Pablo Peusner, Revisión: Sandra Pedrini, Revista Acheronta 17, 2003. Argentina. Tarrab M. (2004) Notas sobre el cuerpo. Conferencia pronunciada en la Jornada 2002 de ACEP – Mendoza – Argentina. Revista Metaphora (Guatem.) n.3. Guatemala.