El reino del Gran Inquisidor
Una reflexión antipsiquiátrica a partir del caso de Pierre Rivière.
J. W. Montoya (2006), en su texto sobre Pierre Rivière, señala que cuando éste confesó por escrito el asesinato múltiple de sus familiares ante los tribunales, indicó que mató a su madre para liberar a su padre de ella. Según el homicida, su padre era un ser atormentado por su madre. Del mismo modo, asesinó a su hermana pues, según él, seguía el mismo camino que su madre. Y también a su pequeño hermano, para con el asesinato de éste llegar a ser odiado por su padre, y así liberarlo de toda culpa por la muerte de su hijo: en efecto, Pierre Rivière pensaba ser sentenciado a muerte por haber cometido esos crímenes.
Rivière elucubra que realiza el acto de quitarle la angustia a su padre al confesar el verdadero motivo de su crimen: liberarle de una mala mujer y de sus hijos. Ahora bien, la justicia se ve impelida a construir el móvil del crimen para liberarlo de la absurdidad en que había caído. Un hecho tan execrable no podía ser atribuido al mero impulso irracional, a un ataque de frenesí momentáneo. De ser así, la justicia quedaría burlada.