Tendiendo puentes entre el psicoanálisis y la ciudad

La mujer que disparó a Andy Warhol

El 3 de junio de 1968 el artista Andy Warhol sufrió un atentado. Una mujer llamada Valérie Solanas, que meses atrás le había cedido un guión esperando que el artista produjese una obra con él, se presentó en su oficina y le disparó con un arma de fuego. Warhol fue hospitalizado y sobrevivió al ataque. Conservó el resto de su vida las cicatrices de haber sido alcanzado por un tiro en el costado y con frecuencia se hizo fotografiar enseñándolas.

Solanas se acercó a un policía aquella misma tarde y le entregó la pistola que había usado. Le dijo: “Yo disparé a Andy Warhol. Tenía demasiado control sobre mi vida.” Al salir de la comisaría tras ser arrestada, los periodistas agolpados a su alrededor le preguntaron por sus motivos para atentar contra Warhol. Solanas respondió: “Él controlaba mi vida. Tengo muchas razones, lean mi manifiesto y les dirá quién soy”.

Cartel del film I Shot Andy Warhol (Mary Harron, 1996)

El filme de Mary Harron I Shot Andy Warhol (1996) [1] nos muestra el recorrido de Solanas desde la escritura del guión que presentaría al artista hasta el atentado contra él, pasando por la redacción de ese manifiesto que definiría a su autora según sus propias declaraciones.

En la película vemos a Valérie ofreciendo a los hombres que pasan por la calle una “mala palabra” (sic) a cambio de quince céntimos o bien cobrándoles unos dólares por un rato de conversación, que algunos hacen derivar a un encuentro sexual. Observamos que desde el principio Solanas pone precio a las palabras que pronuncia o escribe, y cómo este precio va a ser finalmente la propia vida de Andy Warhol.

Cuando termina de redactar su guión, Valérie se lo dedica a sí misma. Más tarde telefonea a la Factory, el lugar de trabajo y festejo de Warhol y sus acólitos, para ofrecerles su obra. Solanas explica que trata sobre “lo mezquinos que son los hombres”. Y añade que, al final, “una madre mata a su hijo”. La respuesta de Warhol no llega y Solanas se acerca a la Factory para poder hablar con él. El artista no parece muy interesado, y dice que el guión le pareció “tan sucio” que llegó a preguntarse si Solanas no sería realmente una policía infiltrada que pretendiese provocar “una incitación al crimen” con esas páginas [2].

Entretanto, Valérie ha escrito el Manifiesto SCUM [escoria] y trata de venderlo editado por ella misma por los bares y las calles. Lo ofrece asegurando que va a cambiar la vida de quién lo lea. Un editor llamado Maurice Girodias [3], que dice publicar “literatura sucia”, propone a Solanas firmar un contrato para la publicación del Manifiesto SCUM. Valérie firma el contrato, pero después descubre que Girodias la ha engañado y que no va a recibir beneficios por su obra. Pide entonces a Warhol que la publique, pero de nuevo el artista se desentiende. Progresivamente se apodera de Solanas la certeza de que Girodias le ha vendido los derechos de SCUM a Warhol, y de que ambos van a apropiarse de sus palabras sin su consentimiento. Concluye: “Me tienen atada. Jamás seré libre”.

Entonces, Solanas se dirige a la editorial que dirige Girodias. No le encuentra porque está de viaje. Sin embargo, Valérie no desiste y se desplaza hasta la oficina de Warhol. Perpetra el intento de asesinato descrito al inicio del texto.

El filme de Harron termina mostrando a una Solanas marcadamente desvitalizada en un hospital psiquiátrico. Una carta a Girodias indicándole que sabe que éste la espía debido al “transmisor que tiene en el útero” (sic) nos da a entender que el atentado contra Warhol no ha pacificado a Solanas, sino que su certeza de un Otro malvado se ha solidificado aún más.

Si sus razones para disparar a Andy Warhol ya estaban -según la propia Solanas- en el manifiesto, veamos de qué tratan esas páginas.

El subtítulo de SCUM es: Manifiesto de la organización para el exterminio del hombre. Desde el principio, Solanas establece que la única posibilidad para las mujeres en esta sociedad es: derrocar el gobierno, abolir el sistema monetario y ejecutar a todos los hombres.

Puesto que los avances científicos permitirían la reproducción de la raza humana sin la intervención del género masculino, Solanas propone una nueva sociedad en la que sólo nazcan mujeres y los hombres desaparezcan. Porque: “(…) el macho es una mujer inacabada, un aborto ambulante (…) Ser macho es ser deficiente; (…) La virilidad es una deficiencia orgánica, una enfermedad; los machos son lisiados emocionales.”[4] En el discurso de Solanas, el hombre es una fémina incompleta que se pasa la vida defendiéndose de su deseo de ser mujer. Frente a este deseo imposible de reconocer, el hombre se empecina en demostrar su potencia principalmente en el terreno sexual: “Devorado por la culpa, por la vergüenza, por los temores y por la inseguridad, (…) una idea fija lo domina: joder. (…) Define al hombre como activo, y se propone demostrar que lo es (demostrar que se es un Hombre [5]). Su único modo de demostrarlo es joder (el Gran Hombre con un Gran Pene desgarrando un Gran Coño). (…) Para el hombre, joder es una defensa contra el deseo de ser mujer. El sexo en sí mismo es una sublimación.” [6]

A continuación, Solanas enumera todo aquello de lo que el hombre es responsable debido a su incompletud. Además de perpetuar un sistema basado en el dinero y el trabajo, el hombre provoca las guerras. Aquí, lo que dice Solanas merece ser destacado:

“El sistema más corriente utilizado por el hombre para compensar el hecho de no ser mujer (sacar su Gran Pistola) es obviamente ineficaz: la puede sacar un número limitado de veces y cuando la saca, lo hace a escala masiva, para demostrar al mundo que es un Hombre.” [7]

Lo que hizo Solanas frente a Warhol, ¿no fue precisamente sacar su Gran Pistola?

Los significantes que aluden al desecho, al residuo, a la basura, están presentes en el manifiesto desde su título y se repiten a lo largo de sus páginas. Solanas afirma que cada hombre sabe que no es más que “una porción de mierda sin interés alguno” [8]. Pero por otro lado, cuando comienza a definir a las mujeres que exterminarán a los hombres y crearán una nueva sociedad, lo hace con adjetivos peyorativos, y las termina denominando escoria:

“(…) aquellas mujeres que no se han integrado tanto en la Cultura del macho, las menos simpáticas, las almas vulgares y simples para quienes joder es joder, y son demasiado infantiles para el mundo adulto de los suburbios, (…) demasiado egoístas para criar maridos y niños, (…) que son demasiado arrogantes para respetar a Papá (…) odiosas, violentas brujas dispuestas a romperles la cara a cuantos les irritan, (…) siempre vitales, sucias, viles, las SCUM llegan… a todas partes (…)” [9]

La cuestión va más allá de si el ataque a Warhol fue para Solanas un intento de poner en práctica lo expuesto en SCUM. Los significantes referidos al desecho terminan definiendo en el manifiesto tanto a hombres como a mujeres. Entonces, la verdadera pista que el manifiesto nos da es que Solanas estaba realmente atentando contra sí misma cuando disparó a Warhol.

En una ponencia de 1946 publicaba bajo el título “Acerca de la causalidad psíquica”, Jacques Lacan señaló que en la clase de actos de violencia como el que Solanas realizaría dos décadas después, el sujeto ataca al kakón [en griego, “mal”] de su propio ser habiéndolo ubicado en otro. Al respecto, añaden Tendlarz y García en su obra ¿A quién mata el asesino?: “(…) Lacan sitúa dentro del ámbito especular a un enemigo interior que afecta a otro, la víctima. En el terreno imaginario, el sujeto (…) se agrede a sí mismo a través de la persona a la que dirige su acto homicida. Sin embargo, dentro de este ámbito imaginario se trata de producir la extracción de un mal real. El mal es un objeto real, el kakón, que se presenta en la relación imaginaria con el otro.” [10]

Con su acto, Solanas se excluye a sí misma de los rasgos con los que ha definido a las mujeres en su manifiesto -en contraposición a la belicosidad de los hombres, Valérie asegura que las mujeres saben que herir a los demás no es legítimo y que el verdadero sentido de la vida es el amor-. Además, en el tramo final de SCUM, tras haber enumerado “los tipos de hombres más detestables y dañinos” [11] (incluidos los Grandes Artistas [12]), Solanas indica que el mal interno que anida en las mujeres es causado siempre por los hombres, y que su exterminio es el modo de hacerlo desparecer:

“En toda mujer hay algo que, en mayor o menor grado huele a podrido, pero se debe a toda una vida de convivencia con los hombres. Eliminad a los hombres y las mujeres mejorarán. Las mujeres son recuperables; los hombres, no, (…)” [13]

Se podría considerar -y con razón- SCUM un texto confuso y contradictorio. Solanas define a las mujeres como seres incapaces de gozar dañando al otro pero defiende una revolución mediante una respuesta que antes ha calificado como propia de la masculinidad: el odio y la violencia. Pero el valor del manifiesto no reside ahí. SCUM es un tratamiento por parte de Valérie Solanas de ese mal, de ese goce masivo que la invadía y que ubicó en los hombres. Un mensaje que intentó hacer público a través de Girodias y Warhol. Pero Solanas se desestabilizó ante el desinterés de Warhol y el engaño de Girodias y cristalizó en ella la certeza de que se habían apoderado de su manifiesto. Así, el marco que proporcionaba la escritura de una obra destinada a provocar cambios sociales se rompe y sólo queda entonces la urgencia del acto homicida.

Tras el atentado, Solanas pasó un año ingresada en un hospital psiquiátrico y dos en prisión. Nunca mostró públicamente signos de arrepentimiento y prosiguió enviando cartas intimidatorias tanto a Warhol como a Girodias. Aunque no se repitió una nueva tentativa de homicidio, el pasaje al acto no tuvo efectos pacificadores para ella puesto que el artista y el editor continuaron encarnando su Otro malvado.

En 1988, Valérie Solanas falleció de neumonía en un asilo para personas sin hogar en San Francisco. Tenía 52 años. En Wikipedia se la define como “escritora y feminista radical” [14]. Pero podemos tomar a la letra la frase que dijo en el momento de entregarse a la policía: “Yo disparé a Andy Warhol”, puesto que definitivamente Solanas se inscribió en la historia como la mujer que disparó a Warhol en un acto transgresor y sin vuelta atrás, como todo acto.


Notas

[1] El segundo film de Mary Harron, seguido del que nos ocupa, fue la adaptación de la novela de Bret Easton Ellis American Psycho (1991). Es destacable que una novela que fue tildada por ciertas voces feministas como “una guía para descuartizar mujeres” fuese finalmente adaptada a la gran pantalla por una directora. Harron supo esquivar los pasajes más escabrosos de la novela de Ellis y ofrecer una interesante lectura sobre el narcisismo yuppie.

[2] Podemos pensar que Solanas tomó en su literalidad esas palabras de Warhol, no sólo en la redacción de SCUM sino en el posterior atentado.

[3] Fundador de la editorial Olympia Press, responsable de la publicación de Lolita (1955), también de novelas de William S. Burroughs o de Jean Genet.

[4] Solanas, V. SCUM: Manifiesto de la organización para el exterminio del hombre, Kira Edit, 2002.

[5] La cursiva es de Solanas.

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Ibid.

[9] Ibid.

[10] Tendlarz, S. y García, CD. ¿A quién mata el asesino?, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2009.

[11] Solanas, V. SCUM: Manifiesto de la organización para el exterminio del hombre, Kira Edit, 2002.

[12] La cursiva es de Solanas

[13] Solanas, V. SCUM: Manifiesto de la organización para el exterminio del hombre, Kira Edit, 2002.

[14] https://es.wikipedia.org/wiki/Valerie_Solanas

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