La mezquina banalización del mal
Carta a La Vanguardia sobre el vídeo-artículo ‘Fitness emocional. Caso Diana Quer: enseñanzas para el desarrollo personal’
Ayer, jueves 4 de enero del 2018, La Vanguardia publicó un vídeo-artículo titulado ‘Fitness emocional. Caso Diana Quer: enseñanzas para el desarrollo personal’. La frivolidad del título da cuenta del contenido, compuesto de un vídeo y un texto bochornosos escritos por un psicólogo vendedor de autoayuda barata. Escribí una carta al periódico (que podéis leer a continuación) solicitando a los editores que consideraran retirar aquella publicación. Posiblemente, otros lectores escribieran también al periódico: La Vanguardia respondió retirando el vídeo, y eliminando el artículo de su portada digital. Sin embargo el texto, posiblemente tan ofensivo como el vídeo, sigue online, en una sección a todas luces patrocinada.
Parece que hoy no sea posible suscitar en el lector de un periódico el escalofrío, la indignación moral, el estupor sordo, la inquietud lacerante. Hoy, La Vanguardia ha conseguido suscitarme todos y cada uno de esos afectos del cuerpo con su video-artículo ‘Fitness emocional. Caso Diana Quer: enseñanzas para el desarrollo personal’ [1]. El título resulta, per se, aterrador: ¿Cómo puede escribirse sobre un asesinato a partir de los términos “fitness” o “desarrollo personal”?
En el vídeo podemos escuchar al terapeuta de turno aleccionar al espectador con joyas como que el asesino “es una persona maravillosa también… pero que se ha vuelto loca”. El mezquino psicólogo consigue así, de un plumazo, insultar a los allegados de las víctimas, y ahondar en el estigma de la locura vinculándolo a la violencia más depravada. Han pasado tan solo 3 días desde que la Policía hallara el cuerpo de Diana Quer.
El cuerpo del texto, además de ahondar en esta segunda idea que de forma implícita oblitera la crucial distinción psicopatológica entre psicosis y psicopatía, banaliza el III Reich como una transitoria “locura colectiva”, y pinta la posguerra alemana como un periodo de retorno al “amor y la colaboración”, sin mención alguna al horror y posterior silenciamiento de la Shoa (silenciamiento denunciado ya en 1955 en la excelente ‘Noche y niebla’). No sabemos si el autor del texto conoce la llamada Guerra Fría que quebró Alemania y el mundo en dos; tampoco si el uso de la palabra ‘colaboración’ es un guiño de mal gusto al colaboracionismo.
El lector de un periódico es hoy también espectador, puesto que los vídeos abundan en las ediciones online de la prensa digital. Espectador no tanto de noticias reales, como de vídeos de comentaristas de diversa índole, que a veces venden una idea, un producto… o que se venden a sí mismos en el peor de los casos. ¿Dónde está el límite del morbo? ¿Un asesinato puede ser excusa para vender la ignorante ideología barata de la autoayuda?
El valor de la noticia para La Vanguardia vendrá quizás dado por el número de visualizaciones, de ‘likes’, de comentarios, de las veces en que se ha compartido el link en las redes sociales. ¿Sumará mucho este video-artículo?
Confío, por respeto a sus lectores pero muy particularmente a los allegados de las víctimas, que La Vanguardia se digne a retirar esta obscenidad de su edición digital.
Notas.
[1] El texto del artículo sigue publicado online, hoy 5 de enero del 2018:
http://www.lavanguardia.com/vivo/20180104/434045905030/caso-diana-quer-ensenanzas-para-el-desarrollo-personal.html