Un rechazo que se viste de ismos
“Se sabe que las bicicletas han tratado por todos los medios de remediar su triste condición social. Pero en absolutamente todos los países de la tierra ‘está prohibido entrar con bicicletas’. Algunos agregan: ‘y perros’, lo cual duplica en las bicicletas y en los canes su complejo de inferioridad.”
Julio Cortázar
Historias de cronopios y de famas.
No es vieja la historia del rechazo al otro. Siempre ha estado ahí. Incluso en los mitos, como el de Caín y Abel, por ejemplo. Las guerras han portado esa bandera y la esclavitud y el colonialismo han dejado la impronta de la nula tolerancia cuando el otro es distinto. “América para los americanos”1 ¡¿Cómo olvidarlo?!
Por eso se puede decir que lo semejante es siempre menos difícil de tolerar. También lo diferente… cuando se lo tiene lejos. Pero a medida que las formas sociales cambian también lo hacen los objetos de este rechazo, así como las formas y oportunidades en que se manifiesta.