Hago fuerzas

Integrar el resto, absorber la huella que no cesa de escaparse dada su evanescencia o su reproductibilidad infinita. ¿Cómo relacionarnos con la pérdida del Otro? ¿El duelo es una forma de hacerlo? Mejor pensado, ¿puede haber duelo realmente?
El 3 de junio de 1968 el artista Andy Warhol sufrió un atentado. Una mujer llamada Valérie Solanas, que meses atrás le había cedido un guión esperando que el artista produjese una obra con él, se presentó en su oficina y le disparó con un arma de fuego. Warhol fue hospitalizado y sobrevivió al ataque. Conservó el resto de su vida las cicatrices de haber sido alcanzado por un tiro en el costado y con frecuencia se hizo fotografiar enseñándolas.
Solanas se acercó a un policía aquella misma tarde y le entregó la pistola que había usado. Le dijo: “Yo disparé a Andy Warhol. Tenía demasiado control sobre mi vida.” Al salir de la comisaría tras ser arrestada, los periodistas agolpados a su alrededor le preguntaron por sus motivos para atentar contra Warhol. Solanas respondió: “Él controlaba mi vida. Tengo muchas razones, lean mi manifiesto y les dirá quién soy”.